Honey

Sus piernas giraban a la izquierda y las mías a la derecha, camine hacia el calor de mi casa de sus coordenadas no supe más. Antes de eso sus piernas giraron antes al este, le despedí en la puerta, subí las escaleras hacia mi habitación para limpiar los rastros de todo lo que explotó aquel dia. Lamento decirlo pero nuestra explosión  no terminó en un mero acto sexual.
Puedo comenzar por contarles cómo comenzó todo, ya que comencé por el final o un intermedio privandome  de avanzar.
Los cristales le cubrían los ojos y su barba no cubría su sonrisa. El verde le hacía hablar y su abrigo no le quitaba el frio. Su mano rozaba en contra mia y no me refiero solo a mi mano, rozaba contra mi frio, mi piel, mi noche, incluso contra mi voluntad. Tenía una mirada muy tonta, pero no le prestaba atención incluso evitaba verlo. Intentaba solo concentrarme en los cigarrillos y las nubes blancas de humo que formábamos. Prefería ver  su aliento o el mío o el de ambos tomando una sola forma o ver las estrellas que caían que ver su rostro y no es que fuese feo pero yo no deseaba perderme en el diálogo de una persona o en su mirada. Incluso me daba temor  ver sus lunares, contarlos, convencerme de que son el número indicado que un hombre debe tener en el rostro, prefería cerrar los ojos.
Para mi suerte era malo hablando, al menos no tenía labia de cual tuviera que cuidarme, me refugie sobre su pecho, bajó sus brazos, nuestras narices conectaban, comenzaron a rozar una contra otra para abrir paso al diálogo de los besos. Nuestras narices escurrían, el frío se volvía cada vez más insoportable y yo me aburría cada vez más de no poder encontrar algún tema de intereses para ambos.
La noche cargada de una espesa tensión sexual que al parecer ambos queríamos evitar.
Quizá era el clima lo unico que hacia que quisiera besarle, enrollarme en sus brazos y olvidarme del frío.
Bendita sea la venta de cigarrillos sueltos y el hecho de  que mi encendedor aun tuviese gas.
El hielo en los automóviles, y la estúpida lluvia de estrellas  daba lugar a una de esas escenas románticas que aparecen en el cine. Nosotros evitamos a toda costa eso de ser actores principales de una serie escenas que al final te dejan jodidamente confundido y la gente  decide  nombrarla  amor. Nosotros no estábamos enamorado, ni siquiera nos gustabamos, eramos solo un par de  bulliciosos que no dejaba de morderse los labios y el cogote, de besarse los nervios. Kisses kill cold.
La noche pintaba para convertirse en tormenta y para que alguno de los dos no llegara a casa.
La temperatura bajaba cada vez más, decidimos  largarnos del parque en el cual teníamos horas sentados bajo los árboles quejándonos del clima y de que no teníamos carga en los teléfonos.
Corrimos con dirección a mi casa para entrar en calor, le pase directo a mi habitación, del sillón no quise saber mucho quería recostarme, le deje entrar en mi cama y cubrirse junto ami con mis cobijas, fumamos  suficiente como para dejar secos los pulmones,  me recargaba en su pecho, incluso terminó sin camisa, coji alguno de los libros que tenia por ahi nos leímos algunas frases de "las ventajas de ser invisible" . Pusimos un poco de música, le presente a Bobby Darin  y le obligue a bailar conmigo Beyond the sea .
Creo que comenzábamos a conocernos teníamos horas sin besarnos ,comenzamos a charlar de verdad, a reírnos de las incoherencia del otro, le conté los lunares de la espalda, se planteó su atlas personal sobre mi dorso.
Después todo era blues ,jazz , vueltas por la habitación.
Corriamos por la casa, saque una botella de vodka, la cogimos  no dimos unos cuantos shots, si asi puros, directo de la botella, comenzamos a rayar con tizas las paredes de mi habitación.
El maldito frío no se donde quedo y la  noche era una de esas situaciones en la vida que hace que no quieras,ni puedas dejar de reir. Me perdí en su mirada, teníamos  más de 20 minutos sin decirnos nada, solo bailábamos ,jugueteamos, bebíamos, y nos sonreímos, entonces preguntó qué era lo qe pasaba, a lo que le conteste : “Cariño eres una fuga de risas, la monotonía te parte y vienes a cubrir todo esto con tus luces. Tu silencio le da pausas al tiempo para hacernos pensar que todo dura un poco más”.  Entonces fue mi condena, se rió y dijo: “ maldicion tiempo ¿Que hora es? Fuck,casi las 6 am.
Nos despedimos en la puerta nos besamos como si nos fuéramos a extinguir .Todo lo que había explotado había sido yo. No me reconocía a mi misma. No sabía si limpiar la tiza de las paredes, estaba sola y aun no podía dejar de reír, todo el desastre que había me hacía feliz, no podía creer que me llegara la mañana y siguiera riendo.
Pasaron días sin que le hablara, una noche nos encontramos en una fiesta, habia licor, un montón de MDMA  por todas partes y lucy (lsd) conquistaba a todos saltábamos todos como locos. Habia ese tipo de chicas que terminaban haciendo una estupides como quitarse la blusa, desconocidos besándose, había euforia y  un montón de gritos, mucho humo, y luces de colores con ataques de epilepsia. Era una de esas noches donde llegas a tu casa bañado de sudor o de alguna sustancia desconocida. Baile con un montón de gente que no tenia ni puta idea de quienes pudiesen ser.
Me sonreia de lejos. Lo miraba como sólo puedes ver a quien convierte en erupcion volcanica  una noche de invierno, se acercó sólo para despedirse. Dijo que quizas no nos veriamos en un tiempo.
No me enamore, no me gusto. Puedo decir que tiene una buena manera de mover los labios y que para nunca haber bailado jazz lo hacia sensacional, lo único que me gusto de él es que se marchara antes de que ocurriera algún percance y nos volvieramos a situar en una de  esas escenas perfectas para una de esas bobas peliculas de amor.
Se despidió con un abrazo, un beso en la mejilla y diciendo: “You have the darkest of eyes here. Thanks, darling”.

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